Mi madre cuenta que mientras todos cenaban en un casamiento yo bailaba sola en la pista i just call to say i love you de Stevie Wonder. Tenía ni mas ni menos que dos años.
A los tres por indicación médica comencé danzas. Mi primer presentación en un teatro fue a los 5 y para ese entonces ya organizaba festivales en el barrio para fin de año con mis vecinitas.
Para mi llevar rodete era un orgullo, rendir examen de castañuelas una pasión y en mi adolescencia levantarme los sábados a las 8 AM e ir a danzas un placer.
Una lesión en mis rodillas me impidió seguir mi carrera como bailarina profesional y a los 17 años "colgué mis zapatillas de danza".
Al terminar el secundario decidí estudiar publicidad. Armé mi bolso, dejé mi ciudad en el sur a mi familia y me subí al micro con destino a Buenos Aires.
Comencé a frecuentar teatros, estudios de danzas y un día me pregunté por qué no seguía bailando! Una amable señora con la que hablé de mi pena me dijo: pero vos conocés el I.U.N.A? Fue ahí cuando mi vida comenzó nuevamente.
Rendí examen de ingreso para la carrera de Licenciatura en composición coreográfica en Expresión corporal. Cuando me dijeron que la carrera se trataba de bailar libremente y que TODOS PODIAMOS BAILAR fuí feliz!!!
Y con esta frase quiero terminar este escrito. SI REALMENTE DESEAS ALGO NADA NI NADIE PUEDE DETENERTE, si lo que más querés es bailar TODOS PODEMOS BAILAR!!!